Las Matemáticas se pueden enseñar de otro modo
Parece que hay un mito que sobrevuela la cabeza de nuestros alumnos, y es que las Matemáticas son una asignatura árida, complicada, que exige de cierta capacidad inteletual y a la que no todos los alumnos van a ser capaces de llegar.
Bien. Esto es falso. El problema es que desde que el alumno empieza a ver Matemáticas por primera vez, se presenta la asignatura de forma árida, dura. ¿En qué momento el docente olvidó el origen de la docencia?
Cuando en la escuela infantil los niños se acercan a las matemáticas con juegos y canciones, no parece que esta importante asignatura sea árida. Y yo me sigo preguntando: ¿en qué momento el docente se olvidó de la docencia?
El fin del profesor es enseñar. No es su fin vomitar una serie de conocimientos en un aula esperando a que los alumnos los aprendan cuando en muchos casos ni siquiera los están copiando. No es el fin del docente llegar al aula, dar una clase magistral, y salir hacia su siguiente aula.
El profesor debe motivar al alumno. Debe hacerle ver la importancia de las matemáticas, y su uso diario por parte del alumno.
Cuando se intenta seguir el currículum marcado por el Ministerio, y la fecha en que escribo esto es marzo de 2019, nos encontramos también un problema. El currículum en Matemáticas, para los que no entiendan esta palabra, el temario de la asignatura, de cada asignatura, es un despropósito. ¿Y por qué digo esto?
Porque obviamente, no funciona. En España, llevamos 7 reformas educativas y las Matemáticas son una de las asignaturas que más quebraderos de cabeza provocan.
Y esto es porque el temario no está acorde con la madurez cerebral de nuestros jovenes, y también, y en mucha medida, porque el profesor no hace atractiva la materia a sus alumnos. Estos dos elementos se mezclan en un cóctel explosivo, que hace que las Matemáticas, finalmente, al terminar el ciclo educativo obligatorio de la E.S.O., sea una materia dura para muchos, y una parte importante de los alumnos haya decidido abandonar la asignatura, aún sabiendo que haciendo esto pueden incurrir en que no lleguen a titular, lo que les lleva a una asistencia a clase totalmente nihilista, cuando no al absentismo.
Sin embargo, las Matemáticas pueden ser enseñadas de otro modo. Los profesores de Matemáticas debemos de ser conscientes de que la Clase Magistral ya no es útil tal y como pasaba hace 30 años, o incluso doy menos margen, tal y como pasaba a principios de siglo.
La evolución es un hecho
Las estructuras sinápticas del cerebro de nuestros jóvenes han cambiado. Ya no reciben ni procesan la información como hace 25 o 30 años. Ha habido una evolución en la forma en que los adolescentes procesan los datos en sus jóvenes mentes.
La evolución forma parte de nuestra especie. Somos evolución. Pero a veces se olvida que la evolución ocurre en el día a día, en nuestra propia vida, y se tiende a pensar que los cambios se dan a través de millones de años, y de forma expontánea. Y también es cierto esto. A través de los años se dan unos microcambios con respecto al entorno y a la propia condición humana, que juntos, sumados, hacen que se pueda fechar un gran cambio en nuestra evolución. Pero los cambios que afectan al ser humano como persona, esos son perceptibles en el tiempo de vida de una persona.
El gran cambio que ha supuesto la irrupción inmensa que han tenido las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en nuestros jóvenes, con cerebros plásticos y adaptables, y el hecho de que esa irrupción haya venido para quedarse, ha logrado que los cerebros se hayan adaptado.
¿De dónde sacan hoy en día los jóvenes la información?
Básicamente, de YouTube y de otras redes sociales. El fenómeno de los vídeos estoy seguro que será estudiado con más profundidad dentro de unos años por los especialistas en neurociencia y antropología. Yo aportaré mi granito de arena con algunas reflexiones sobre ello, basadas en la observación sistemática de mis alumnos y de cómo interaccionan con mis propios canales educativos en YouTube.
Pongamos que estamos delante de una clase de Matemáticas para niños de 12 o 13 años. En España eso es lo que ahora mismo se llama 1º y 2º de la E.S.O., pero dejémonos de siglas y pensemos en la edad.
Estamos delante de unos chicos que quién más y quién menos están ya acostumbrados al uso del WhatsApp, de juegos rápidos como Clash Royale o Fortnite, y de aplicaciones como Facebook e Instagram.
Todos estos softwares exhiben una repuesta inmediata a una interacción por parte del usuario. Estos softwares basan su éxito en la conectividad de los usuarios y en sus interacciones e interrelaciones.
Cuando el alumno llega a esa clase de Matemáticas, se sienta en su silla, y con estas edades, todavía casi la mayoría de ellos toma notas de lo que dice el profesor, yo pregunto: ¿Seguro que estáis convencidos de que el alumno está aprendiendo Matemáticas de forma efectiva? ¿O por el contrario, la mayor parte de ellos están esperando a que suene la campana para que se acabe la clase?
El fracaso escolar se crea
El fracaso escolar no se da en los últimos cursos. El odio a las Matemáticas no se da en los últimos cursos. Esta aversión a la asignatura se crea desde antes. El profesor que imparte sus 50 minutos de clase escribiendo en la pizarra está haciendo crecer la gigantesca bola de nieve de aversión a las Matemáticas que ese alumno tendrá tan solo 1 o 2 años más tarde.
¿Estoy diciendo que ese profesor sea un mal profesor? No, por favor. Quién haga esta lectura es que no está entendiendo absolutamente nada de lo que estoy diciendo. Lo que estoy diciendo es que ese profesor debe de evolucionar con sus alumnos, y presentar los conocimientos que imparte de una forma diferente y más innovadora, más juvenil, si preferís la palabra.
En definitiva, el profesor debe de adaptarse al medio, debe adaptarse a sus alumnos, y no sus alumnos a él.
Yo me lo curro, yo lo consigo; yo no me lo curro, yo no lo consigo. (Ángel Lafuente).
En la cita superior, Ángel Lafuente nos habla acerca del desarrollo de las habilidades de comunicación, que sin duda cualquier docente serio tiene que tener en su haber. Y nos indica que estas habilidades se obtienen y se desarrollan. Es cierto que hay personas que son comunicadores naturales. Pero no siempre sucede así. Y se puede aprender a comunicar y a transmitir conocimientos. Si queremos comunicar de forma efectiva y que nuestro interlocutor, que son los alumnos, aprendan, sin duda el profesor debe de adaptarse al medio, y no obligar a que sean los alumnos los que quieran adaptarse a él. En este punto está el inicio del fracaso escolar.
Prácticamente ningún alumno desea estar en el centro. Tienen otras mil cosas que hacer, y todas más divertidas, que el asistir a clase. No digo el 100%, porque puede haber alguno al que le apasione el aprendizaje y desee ir al centro. Yo no conozco alumnos que prioricen el centro sobre el ocio, pero eso no quiere decir que no existan. Pero es que por experiencia, hasta los que más destacan prefieren estar con sus amigos, jugando, en lugar de en un aula.
Si el profesor no les convierte esta obligación en algo que ellos perciban como agradable, se estará fracasando en la docencia, ya que la parte de aprendizaje quedará mermada, si no totalmente eliminada.
Saquemos la monotonía del aula.
Hoy en día tenemos a nuestra disposición cientos de herramientas para poder sacar la monotonía del aula.
No se puede dar una Clase Magistral de 50 minutos. Ha de reducirse a explicaciones cortas y directas, de no más de 10 minutos cada una.
Aunque a la pregunta de cuánto tiempo se puede mantener la atención de un alumno mirando a la pizarra mientras el profesor imparte Matemáticas, hay muchos estudios que nos dicen que 20 minutos máximo.
Yo os digo que 20 minutos es un exceso. No os paséis de 10 minutos como normal general. Seguramente habrá temas en que nos tendremos que ir más allá. Pero os digo, todo se puede dividir. Aún así, aunque algunos temas se os fueran de los 10 minutos, se puede pedir un esfuerzo a los alumnos si estos están motivados.
Pero, ¿por qué 10 minutos?
Porque este tiempo es el tiempo medio en que ellos están acostumbrados a recibir la información que consumen a diario en redes como YouTube. Si ellos, para algo que les interesa y les gusta, tienen ese tope, ¿cómo se puede intentar en pensar imponer otro tope para materias que para ellos no son de alto interés, como lo que ellos consumen en su tiempo de ocio?
Algunos se que me van a decir que su objetivo es que los alumnos aprendan hábitos de estudio, de concentración, etc etc etc…
Yo les recuerdo a esos mismos, que el fin principal del profesor es enseñar la materia, y que enseñar es un proceso que implica aprendizaje. Sin aprendizaje no existe la enseñanza. Y por eso se habla de enseñanza-aprendizaje, como una unidad.
Si no hay aprendizaje, hay un fracaso del profesor. Y por tanto, también de su método.
Como Franciso Mora, doctor en neurociencia nos dice, de vez en cuando en el aula hay que hacer paréntesis, romper el ritmo. A veces basta con una anécdota, un chascarillo, una pregunta que les haga removerse en sus sillas, que por otro lado, son incómodas. Haced esto cada 10 minutos. Sed flexibles y adaptáos al entorno y a los nuevos medios.
No esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo. (Albert Einstein).
Y para esto precisamente, nace este canal y este blog. Para ofrecer el conocimiento a los alumnos de una forma distendida. Es cierto que en según qué videos yo me paso de los 10 minutos. Pero es porque yo ya tengo algo que el profesor del aula no tiene, y es la atención.
Logra la atención de tus alumnos, y darás una buena clase.
No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla. (Thomas Alva Edison).
En las siguientes entradas del blog iré hablando de todos estos conceptos que han ido saliendo en esta primera entrada. Veremos técnicas para impartir Matemáticas, para ver que no son tan áridas como se dice, y que su aprendizaje puede ser divertido. Y además, se podrán extrapolar resultados a otras materias.
Ausubel nos decía que el único aprendizaje sólido es el aprendizaje significativo, que básicamente se construye pilotando en conocimientos firmemente asentados en el alumno. Estamos acostumbrados, muy mal acostumbrados, a un aprendizaje memorístico, que en la mayoría de los casos, desaparece con el tiempo, antes o después.
Cambia esa realidad, y las Matemáticas serán luz en lugar de obscuridad.
Nos vemos en el siguiente post.